“Se ha roto el miedo. Todo el mundo habla de política. En el pasado, las mujeres y las niñas no hablaban del acoso sexual, pero ahora sí lo hacen y se defienden.”
(Azza Suleiman, defensora egipcia de los derechos de las mujeres, Egipto)

Por medio del activismo y el trabajo de campaña, la educación y la orientación entre pares, el trabajo en redes y la labor local, nacional e internacional de promoción en favor del cambio político, jóvenes de todo el mundo están alzando la voz en defensa de su derecho a controlar su cuerpo, su sexualidad y sus decisiones reproductivas. Hay jóvenes que han conseguido cambiar políticas locales para llevar la educación sexual integral a sus centros de enseñanza, han trabajado en colaboración para lograr que los centros y servicios de salud sean de fácil acceso para ellos y para sus pares, han presionado para llevar a cabo cambios sociales que eliminen la discriminación en virtud de la orientación sexual y la identidad de género y han roto el silencio que rodea la sexualidad y el género para crear un mundo más abierto, tolerante y justo para todas las personas.

La participación juvenil en las campañas por los derechos sexuales y reproductivos –como Mi cuerpo mis derechos de Amnistía Internacional– es decisiva para provocar cambios con respecto a estas cuestiones. Las redes de jóvenes se sirven de los medios de comunicación tradicionales y nuevos para contar sus casos y aprender unos de otros, encontrar elementos en común y crear comunidades en persona y online. Jóvenes activistas han hecho campaña con éxito en favor de aplicar enfoques más inclusivos al desarrollo, mejorar el acceso a la educación y reconocer y valorar los derechos y la individualidad de todas las personas jóvenes en todos los ámbitos de la sociedad –en el hogar, en la comunidad y por el Estado–.

Hay muchas acciones que pueden emprender las personas jóvenes en defensa de sí mismas y de los demás para garantizar que todas las personas pueden ejercer sus derechos sexuales y reproductivos sin sufrir discriminación, violencia ni coacción. Por ejemplo:

Romper el silencio: Las normas socioculturales y los tabúes sobre la sexualidad y el género tienen un impacto en los pensamientos y sentimientos de las personas. Sentirse diferente puede llevar a muchas personas a intentar ajustarse a un estereotipo por sentimiento de culpabilidad, vergüenza o miedo. Hablando de nuestro propio género y sexualidad, podemos ayudar a crear un entorno que acepte la diferencia, en vez de temerla o controlarla. Al hablar de los derechos sexuales y reproductivos, cuestionamos el estigma y la discriminación a que se enfrenta toda persona.

El Proyecto Jóvenes de Asia y Oceanía para SOBREVIVIENTES de Esclavitud Sexual de la Guerra del Pacífico

“Los miembros del equipo de jóvenes elaboraron el plan de la campaña y seleccionaron o crearon ellos mismos las herramientas para el activismo tras consultar con diversas partes interesadas. […] Como consecuencia, la mayoría de los miembros del equipo de jóvenes tuvieron un sólido sentido de pertenencia en relación con esta campaña y las herramientas de activismo.

Hubo más colaboraciones iniciadas por jóvenes y se generó más buena voluntad de lo que se esperaba. […] Los cambios […] es probable que contribuyan indirectamente a diferencias duraderas, como que algunas ONG intenten activamente hacer participar a jóvenes, o es posible que esta campaña haya inspirado a otros a iniciar nuevas campañas interregionales.”

Fuente: Amnistía Internacional, Los siete puntos de acción para un activismo eficaz: Lecciones de la evaluación del impacto del activismo de Amnistía Internacional, julio de 2011.

Presentación en un centro de educación secundaria para niñas en Pretoria, Sudáfrica, de una instalación artística de protesta mediante la que se pide terminar con la violencia sexual contra las mujeres, abril de 2013.
Presentación en un centro de educación secundaria para niñas en Pretoria, Sudáfrica, de una instalación artística de protesta mediante la que se pide terminar con la violencia sexual contra las mujeres, abril de 2013.