El derecho a la educación sexual es un derecho humano en sí mismo y un medio para hacer efectivos otros derechos humanos, como el derecho a la salud, el derecho a la información y los derechos sexuales y reproductivos.
En su informe de 2010 sobre educación sexual integral, el UNFPA mostró que el acceso a información y educación sexual integral promueve la conducta sexual sana, contribuye a que haya mayor igualdad en las relaciones y reduce los embarazados no deseados y las enfermedades de transmisión sexual. Las Orientaciones Técnicas Internacionales sobre Educación en Sexualidad (2009) de la Unesco proporcionan útiles recursos y buen asesoramiento técnico para los encargados de tomar decisiones y los profesionales del sector de la educación y la salud sobre cómo debe ser un programa de educación sexual para ser efectivo, así como sobre el contenido y los objetivos de aprendizaje que hay que abarcar en las distintas edades en educación sexual básica para niños y niñas y jóvenes de entre 5 y 18 o más años.
Sin embargo, a pesar de la importancia vital que tiene conocer el cuerpo, la salud y los derechos, la educación sexual puede resultar todavía muy controvertida y estar estigmatizada en muchas sociedades. Según cálculos de la ONU, la inmensa mayoría de los jóvenes y adolescentes siguen sin tener acceso a la educación integral que necesitan para llevar una vida sana.
A gran número de jóvenes se les niega el acceso a educación integral sobre la sexualidad humana y la salud sexual y reproductiva o se les proporciona información incompleta, sesgada o inexacta sobre la salud y la sexualidad. En algunos países, las leyes restringen e incluso penalizan proporcionar información sobre la sexualidad y la reproducción a jóvenes.
“En Hong Kong la gente no sabe qué son los derechos sexuales y reproductivos. Hay quien piensa que no podemos juzgar cómo utilizar nuestro cuerpo y que enseñarnos sobre sexo nos hará hacer cosas ‘malas’.”
(Lam Po Yee, Hong Kong)
Hay docentes y profesionales de la salud que, a veces, no están seguros de su papel o se sienten incómodos al hablar de sexualidad con niños y niñas y adolescentes. La falta de acceso a educación sexual en la escuela, sumada a los estigmas y tabúes sociales sobre la sexualidad adolescente, hace que los jóvenes no tengan dónde acudir en busca de información cuando más la necesitan.
Los Estados deben garantizar educación sexual integral a todas las personas jóvenes. Con tal fin, los Estados deben:
- Incorporar a en los planes de estudios ordinarios programas de educación sexual integral, impartida de manera apropiada a la edad.
- Elaborar programas de educación disponibles también fuera del marco educativo formal a fin de que lleguen a las personas excluidas del sistema educativo, como los jóvenes casados y los niños y niñas de la calle.
- Preparar campañas de educación pública para sensibilizar sobre las cuestiones de salud sexual y reproductiva, como los riesgos del embarazo prematuro y la prevención de las enfermedades de transmisión sexual, a través de foros médicos y otros foros alternativos.
- Garantizar que la capacitación del profesorado incluye formación sobre educación sexual integral.
- Preparar material educativo que refleje programas exactos y accesibles de educación sexual integral. El contenido debe ser científicamente exacto y no discriminatorio, e incluir asuntos relativos a la prevención del VIH y las enfermedades de transmisión sexual, el embarazo no deseado, el respeto de la diversidad y la promoción de la igualdad de género.
EJEMPLOS DE LEYES DISCRIMINATORIAS EXISTENTES (en agosto de 2014)
- En Argelia, la violación conyugal no está tipificada como delito en la legislación.
- En Nigeria, Uganda y Rusia se han criminalizado no sólo las relaciones homosexuales, sino también a las organizaciones y personas que promueven los derechos humanos en favor del colectivo LGBTI.
- En España, Estados Unidos, Lituania, Macedonia y Turquía se ha intentado mediante iniciativas legales restringir el acceso al aborto.
- En Aceh, Indonesia, hay reglamentos que tipifican como delito que una persona adulta esté a solas con alguien del sexo contrario que no sea su cónyuge ni familiar suyo, y prevén para ello penas de azotes con vara.
- En el norte de Nigeria, la legislación penaliza las relaciones sexuales fuera del matrimonio y dispone que la mujer embarazada de un hombre que no sea su esposo sea procesada.

Mi cuerpo mis derechos, Berna, Suiza, marzo de 2014.