VOLVER

CREAR UN ESPACIO SEGURO

HABLAR

Crear un espacio seguro para debatir sobre el género y la sexualidad supone algo más que un mero debate inicial sobre confianza, intimidad y confidencialidad. Equilibre el tiempo de los ejercicios preliminares y de creación de confianza con las actividades de aprendizaje y los debates, y asegúrese de que los participantes tienen tiempo para participar plenamente en un tema antes de pasar al siguiente.

Consejos

  • Compartir experiencias personales.
    En actividades donde se invita a los participantes a compartir historias personales sobre género y discriminación, tenga en cuenta que pueden no sentirse cómodos al hacerlo y que no debe forzarles. Reserve el tiempo necesario para la reflexión sobre las actividades en que los participantes hayan compartido historias personales o si han desvelado algo.
  • Haga los deberes.
    Al planificar las actividades, averigüe cuáles son las cuestiones más comunes en su comunidad y de qué recursos disponen los participantes para recibir más apoyo. ¿Las personas jóvenes de su comunidad corren especial peligro de contagiarse de VIH u otras ETS? Sepa dónde hay centros de análisis de fácil acceso para jóvenes. ¿Son habituales los malos tratos y la violencia en el ámbito familiar? Averigüe de qué recursos de asesoramiento psicológico y jurídico disponen las personas sobrevivientes y mantenga disponible esa información.
  • Admita lo que no sabe.
    No se le exige que sepa responder a todas las preguntas. Practique la frase: “No lo sé con seguridad, pero lo consultaré y se lo diré”. Sepa a quién puede dirigirse para pedir ayuda si lo necesita. Asegúrese de que lleva a cabo el seguimiento.
  • Cree un código de conducta para el grupo.
    Comience la sesión llegando a acuerdos sobre las expectativas del grupo en lo referente al lenguaje, la atmósfera y los objetivos. Los acuerdos sobre “lenguaje” incluyen las palabras y los términos que el grupo considera adecuados e inadecuados, las posibles normas sobre términos prohibidos y la manera de dirigirse unos a otros con respeto. En ningún momento debe permitirse en estas actividades el uso de un lenguaje hiriente sobre raza, religión, género, sexualidad u otras condiciones, y esto debe formar parte del código de conducta.
  • Sea incluyente.
    Debata cómo se dirigirán los participantes unos a otros con respeto y utilice un lenguaje inclusivo respecto a la identidad de género y la orientación sexual. Esto incluirá utilizar los nombres y pronombres que cada persona prefiera para sí y no hacer suposiciones sobre las experiencias o identidades de nadie. Como facilitador, también debe tener en cuenta la manera de aportar neutralidad a las actividades utilizando términos como “pareja” en vez de “novia” o “novio” y eligiendo nombres neutros en cuanto al género para los juegos de rol.